SALON JUAN RAMON MOLINA





BIENVENIDOS AL SALÓN VIRTUAL:
 JUAN RAMÓN MOLINA

¡EL PRÍNCIPE DE LA POESÍA 
EN HONDURAS!



La Organización Mundial de los Poetas, Escritores y Artistas Hará realidad el sueño de Mario Hernán Ramirez al Universalizar al Poeta Juan Ramón Molina


(Ha dedicado su vida a dar a conocer a Juan Ramón Molina)





Los Trece Locos del Guanacaste
y
Juan Ramón Molina




"Mi Sueño es Universalizar
a
Juan Ramón Molina"




_______________________________


JUAN RAMÓN MOLINA 










Salutación a los poetas Brasileros
(Poema declamado por Juan Ramón Molina en Brasil)





Declamador en Honduras el día 1 de noviembre de 2012 por el poeta Mario Gonzales



Madre Melancolía y Salutación a los Poetas
-Maestro Francisco Valeriano-



1 de noviembre de 2012 en la biblioteca Juan Ramón Molina


¿Quién fue Juan Ramón Molina?


La Tribuna Cultural  10 junio, 2012 - 10:39 AM


Por: Marcial Cerrato Sandoval*
*Palabras pronunciadas por el autor secretario y coordinador general del comité pro monumentos a Juan Ramón Molina, en un acto especial dedicado a J.R.M., y conmemorativo de la Escuela Nacional de Bellas Artes.

Juan Ramón Molina
Hoy es un día muy especial… nos hemos reunido para recordar y exaltar a quien –el ex presidente Vicente Mejía Colindres- llamara “El Príncipe de los Poetas hondureños”, un hijo de nuestra querida Comayagüela y por qué no decirlo, de este barrio.
También considero oportuno señalar que estamos inmersos en un entorno histórico y simbólico muy significativo.

En este edificio, por ejemplo, funcionó por varios años la Alcaldía Municipal de Comayagüela, antes de unirse a Tegucigalpa y formar el Municipio del Distrito Central.
En el parque de La Libertad, que tenemos enfrente, disfrutó su infancia Juan Ramón Molina y siendo adulto, se sentó a meditar. Este parque fue creado en la administración de Marco Aurelio Soto en honor a la Villa de la Concepción, -como se llamaba entonces a Comayagüela-, y dedicado a “La Libertad”. Representada simbólicamente por una estatua, la cual fue erigida años antes que la famosa y monumental efigie de Nueva York.

Estas son algunas de las razones por las que el Comité Pro Monumentos a Juan Ramón Molina, seleccionó y obtuvo legalmente de la Corporación del Distrito Central, la donación ad-perpetuam del lote, en que, gracias al trabajo e inversiones exclusivas del Comité; desde 1994, -cincelado en bronce, por Mario Zamora- engalana y se yergue como un ícono cultural, su imagen.

Escribir o hablar sobre Juan Ramón Molina es una tarea compleja… fácil y difícil a la vez.
Casi todos los escritores nacionales contemporáneos y posteriores a él, lo hicieron objeto de sus estudios y tenemos hoy diversas biografías, aproximadamente psicológicas y críticas, citas y comentarios; pero si nos alejamos del aspecto histórico y entramos en apreciaciones sobre su multifacética personalidad, la tarea se vuelve compleja.

Pese a lo anterior y bajo el alero acogedor de este centro cultural, deseo compartir con Uds. no solamente una aproximación cronológica-histórica de su vida, sino un atisbo de su visión del mundo, su filosofía de vida, en otras palabras, su elan vital.
“Nací en el fondo azul de las montañas hondureñas, /detesto las ciudades y más me gusta un grupo de cabañas/ perdido en las remotas soledades” así describe Juan Ramón Molina el lugar donde inicio su corta vida terrenal y que en el mapa aparece como la ciudad de Comayagüela, gemela y separada de Tegucigalpa por un río –como Buda y Pest-, y formando ambas, como Distrito Central, la Capital de Honduras.

Su nacimiento fue el 17 de abril de 1875, en la 2ª. Ave. o calle real, entre la 4ª. y 5ª. Calles, conocida como Calle de los Poetas, porque muy cerca nacieron otros escritores de talla continental.

Sus padres fueron personas pobres; un comerciante en ganado de nombre Federico Molina y doña Juana Núñez, campesina originaria de Aguanqueterique, Departamento de La Paz.
Sus primeros años transcurren sin preocupaciones y en actividades propias de un chico inteligente, vigoroso y lleno de grandes inquietudes que traduce en travesuras y juegos de valor y destreza; en montar a caballo –incluso mirando hacia la grupa-, pescar y nadar en los ríos cercanos y hacer sus primeros versos criticando a sus maestros.

Debido a su carácter y espíritu independiente sus padres deciden matricularlo en la escuela de un señor White (blanco) que Molina convierte en sus escritos en el terrible Mr. Black (negro), personaje que describe como salido de una novela de Dickens, y digno representante del dogmatismo y escolástica imperantes de esa época…

Después de grandes vicisitudes logra –sin pena ni gloria- terminar la primaria.
En 1892 viaja a Guatemala y después a Quetzaltenango. En dicha ciudad ingresa en el Instituto Normal para Varones de Occidente (INVO).

Todos sus biógrafos coinciden en afirmar que Quetzaltenango fue la patria intelectual de Molina. Durante estos años recibió el apoyo de directores y profesores, como Flavio Guillén y José Antonio Aparicio, sirviendo clases y viviendo en su compañía. Inicia también su carrera como periodista, escribiendo, no solo en periódicos estudiantiles, sino colaborando y dirigiendo diarios como el Bien Público.

Coronados sus estudios de bachiller en 1894, viaja a la capital de Guatemala y en 1896 se consagra ante la opinión pública y literaria de dicha ciudad, al pronunciar un discurso conmemorativo de la muerte de Justo Rufino Barrios y donde publica varios de sus poemas escritos en Quetzaltenango, como el Águila y la Calavera del Loco.

Regresa a Honduras a finales de 1897 y el Presidente Policarpo Bonilla lo nombra Subsecretario de Fomento y Obras Públicas, pero unos meses después renuncia a dicho cargo, porque habiendo fundado el semanario El Cronista considera que su posición burocrática limita su libertad como periodista. Posteriormente trabaja como Director del Diario de Honduras.

En 1898 participa activamente en la campaña a favor de la candidatura de Terencio Sierra de quien se consideraba amigo personal; este gana la elección, pero en el acto inaugural, Molina expresa algunos consejos –para la conducción del futuro gobierno- que disgustan a Sierra, quien ordena su expulsión del salón donde se celebra el evento y después de una serie de enfrentamientos culmina con su captura, encarcelamiento y trabajos forzados en la carretera del Sur. Cuando recobra la libertad decide el camino del exilio a San Salvador y Guatemala.

Posteriormente se incorpora a la revolución encabezada por Manuel Bonilla en 1903, que lleva a este a la Presidencia de la República. Con el apoyo de Manuel Bonilla, funda el periódico semioficial El Día y además es nombrado subdirector de la Escuela militar y ascendido a teniente coronel.
Durante todos estos años fue amado dentro del tálamo nupcial y fuera de él por muchas mujeres y dejó hijos –tanto legítimos, como naturales-. También sostuvo duelos periodísticos, a bastonazos y pistolas, en que afortunadamente, tanto el –como sus contrincantes- sobrevivieron.

Sufre en 1905 la pérdida de su primera esposa doña Dolores Hinestroza, a quien dedica su elegía inmortal “Una muerta”.
1906 marca un hito en la vida de Molina, ya que el presidente Bonilla nombra a Froylán Turcios y por influencia de este, a Juan Ramón Molina, secretarios de la delegación hondureña al III Congreso Panamericano de Río de Janeiro. En este magno cónclave convive con los grandes literatos de la época y renueva su amistad con Rubén Darío, que lo presenta como el mejor poeta de Centroamérica.

Posteriormente viaja a Europa y convive con José Santos Chocano y Rubén Darío quedando ambos poetas impresionados con su talento.
En este período y bajo el influjo e inspiración producida por ese viaje, Molina escribe varios de sus cuentos, sonetos y poemas más renombrados, como La niña de la patata, Bahía de Río de Janeiro, Pernambuco y Salutación a los Poetas Brasileiros.
Al caer su protector el Presidente Manuel Bonilla, vuelve al exilio político en San Salvador, donde trabaja en un diario de Julián López Pineda y en el Diario de El Salvador, pero su gran sensibilidad de poeta entra en choque con el estrecho mundo social y cultural de su tiempo; su capacidad intelectual y visión política lo confrontan con la estrecha situación del medio.

Soporta además una precaria situación económica agravada por sus nuevos compromisos –se había casado por poder con la joven Otilia Matamoros- su consumo del alcohol y otras drogas, agravan su estado depresivo –el famoso spleen de su tiempo- y su corazón se detiene en una cantina del pequeño pueblo de Aculhuaca o San Sebastián, actualmente un municipio de San Salvador, llamado Ciudad Delgado, el domingo 1 de noviembre de 1908.
Aquí me permitiré retrasmitir la visión de su propia muerte tomado del poema Después que muera: “Tal vez moriré joven… los amigos me vestirán de negro, y entre dolientes y llorosos cirios de pálidos reflejos, colocarán con cuidadosas manos mi ya rígido cuerpo…”


Aunque fue profético en la visión de su muerte, la patria y sus amigos no lo dejaron permanecer en una fosa olvidada, y en 1918 en medio de una gran demostración de duelo y respeto, sus restos mortales fueron trasladados a Tegucigalpa y desde entonces reposan en el Cementerio General.  Gran parte de su obra fue recogida y publicada en 1911 por su amigo entrañable Froylán Turcios, en un libro titulado: “Tierras, mares y cielos”, nombre que de antemano había sido escogido por Molina.

¿Pero quién fue Juan Ramón Molina?

Poeta, escritor y periodista, de gran sentimiento, profundidad filosófica y pasión humanista.
Pensador de altura. Un conocedor de la literatura de su tiempo y los misterios de la filosofía. Citémosle: “He abrevado mis ansias de sapiencia/ en toda fuente venenosa o pura, /en los amargos pozos de la ciencia/ y en el raudal de la literatura”. Patriota indiscutible dejó plasmado sus ideas y sentimientos hacia Honduras en diversos escritos: “Hoy amo a Honduras mucho más que antes, de tal modo que hasta sus defectos me parecen cualidades después de ver en otros países tantas cosas tristes, a la vez que tanta civilización y progreso…”. Fue a la vez promotor del latino americanismo y la unión de Centroamérica: “Tal digo, hermanos míos de la prosapia ibérica. /Saludemos la gloria futura de la América, /que todas las espigas se junten en un haz…”.

En muchas cosas se adelantó a su tiempo, era un ambientalista y ecologista nato: le cantó al mar, los esteros, el sol, los pinos, las islas, la selva, los ríos, “Sacude amado río tu clara cabellera. /eternamente arrulla mi nativa rivera/, ve a confundir tu risa con el rumor del mar/ eres mi amigo…”, nada de la naturaleza era demasiado pequeña o grande para él: la araña, el polo norte, los leones, el grillo, las constelaciones, los bueyes, el sapo…
Eterno enamorado de lo bello, decanto la belleza femenina con sensualidad descollante. “…La mirara mañana –entre mis brazos loca- morir –bajo el divino martirio de mi boca- moviendo entre mis piernas su cola tornasol”.

Exploró oscuros y recónditos secretos de lo esotérico que en alguna forma llenaban sus ansias de conocimiento.
Era orgulloso de su valía pero a veces tan humilde que se confundía en tertulias, deportes y diversiones, con los más ignaros de su barrio.
Fue un defensor del pobre y olvidado… valiente hasta la osadía en su lucha contra la opresión y en defensa de las libertades públicas.

Pero sobre todo fue un humanista como lo revela en varias de sus producciones en verso y prosa. El siguiente es un fragmento de “El niño ciego”: “Y aquella mañana, viéndolo completamente ciego, le echaron a la calle a implorar la caridad pública. Vago muchas horas, mostrando al sol sus andrajos, sin pedirle nada a nadie. El hambre y la sed lo mataban”.
Nosotros vemos en Juan Ramón Molina a un gran poeta y por lo tanto un visionario. Un hijo especial y singular de esta patria hondureña y centroamericana. También creemos que su visión no puede morir; que nos corresponde a nosotros –los formados con este mismo barro- transmitir este legado que es universal. Debemos traducirlo a muchas lenguas, compartirlo, pasarlo de generación en generación a través de la enseñanza. Convertir las bibliotecas de Honduras y Centroamérica en ventanas permanentes de lectura, estudio y consulta sobre el poeta.

Aquí y hoy se gesta otro nuevo encuentro de Molina con el mundo y las nuevas generaciones. Es un renacer, un relanzamiento que lo llevará a donde le corresponde, entre los grandes del parnaso universal.

Estamos seguros que todos los presentes nos darán su apoyo. Muchos han contribuido ya con esta labor, esperamos que de aquí en adelante nos digan presente en las tareas que nos depare el porvenir.
Muchas, muchas, gracias por su gentil atención.
Tegucigalpa, M.D.C., 18 de mayo de 2012.



Mario Hernán Ramirez


Periodista, escritor, locutor e historiador
Presidente del Comité Pro monumentos a
Juan Ramón Molina


(Ha dedicado su vida a dar a conocer a Juan Ramón Molina)


Mario Hernán  Ramírez, viejo lobo del periodismo, a sus 77 años bien cumplidos, bien vividos,  narra parte de su actividad como comunicador social, desde sus inicios  en abril de 1952, ha escrito algunos libros, generalmente orientados a la historia de su país.

Sobresaliendo la primera enciclopedia radiofónica del país con el nombre de: “Gargantas de Oro, Locutores de Honduras”; también “Calendas”, “Por el Mundo Infantil” y toda la historia del “5to. Centenario del Descubrimiento de América”, trabajo realizado en diez años, 1982-1992.
Entre otros escritos se encuentra una Antología completa sobre la vida y obra de la destacada periodista y abogada Magda Argentina Erazo Galo, cuyos originales están en poder del doctor Ramiro Colíndres Ortega, Gerente Propietario de la Corporación Graficentro Editores, totalmente finalizada.

Laboró  en casi todos los periódicos del país y en revistas de gran cartel, dictó conferencias en diferentes estrados y fue objeto de múltiples reconocimientos a nivel de gremio, del Estado  y de la empresa privada que reconocieron su larga trayectoria a través de los diferentes medios en que ha laborado. Incursionó en la tv y por cerca de 30 años hizo Relaciones Públicas y Publicidad.

Actualmente, en situación de jubilado, mantiene desde hace cerca de 36 años, un escuchado programa de variedades en Radio Comayagüela con el nombre de “Mensajero Informativo”, en el cual inserta de todo, para volverlo ameno e interesante, por lo que mantiene un excelente récord de audiencia.
Ha actuado en dos películas de largo metraje, intituladas: “En cuerpo extraño” y “El último secuestro”, de  gran aceptación en el público cinéfilo.
Tiene en preparación las siguientes obras: “Navegando entre siglos”, “Ecos de un centenario” y la biografía del doctor y general Miguel Oquelí Bustillo, único hondureño que ha ocupado los tres poderes del Estado.

- ¿Cómo llega a ser locutor?

Radio Comayagüela quedaba exactamente a media cuadra de mi casa. Todos los días pasaba por la radioemisora y miraba entrar estudiantes del Central y algunos universitarios. Suspiraba y me decía: ¡qué lindo es ser locutor!, uno ya lo trae, porque cuando era cipote en la casa me decían “tronera”, por mi tono de voz, fuerte y sonora.
Pues, un día me armé de valor y  entré donde “Beto” Andino  el fundador de la  radio y le dije “fíjese que a mí me gusta la radio”, y me dijo “andá a que te prueben allá arriba”.
Había un señor que le decían “Pichirilo”, el que me llevó al estudio y me puso a leer un periódico, y me dijo: “no tienes madera”, porque yo era un costal de nervios; al bajar, don Beto, con ojo de buen cubero, sabía que podía hacer de mi un buen elemento de radio y de nuevo volví al estudio, ahora, bajo la tutela del propio gerente y este sí, ya con mayor confianza, me dijo: “sí puedes llegar a ser locutor” y me tuvo en práctica tres meses, sin devengar sueldo, hasta que al fin logré coronar mi máxima aspiración cuando apenas tenía 18 años, esto en 1952.

-¿Cuántos años de laborar en la radio?
Estoy a punto de celebrar mis 60 años de trabajar en radio, precisamente en abril del 2012, cuando la radio también estará cumpliendo 62 años.

-¿Con quienes compartió micrófono?
En Radio Comayagüela, con los grandes de la radiodifusión:  Herman Allan Padgett, Efraín Gonzales, Ernesto Galindo y Ruíz, Honorio Claros Fortín, Gabriel García Ardón, Bernardo Cáceres López, Jorge Figueroa Rush, Hirán Claros Álvarez, León Paredes Lardizábal, entre otras glorias; posteriormente, con otros gigantes del micrófono, como: Gustavo Acosta Mejía, Rodolfo Brevé Martínez, Héctor Maradiaga Mendoza, Napoleón Mairena Tercero, con quien dicho sea de paso laboré 21 años en Radio Centro; con José Francisco Morales Cálix, Roberto Díaz Lechuga, Moisés de Jesús Ulloa Duarte, Nahum Valladares y Valladares, Tomás Antonio Gonzáles (residente en Los Ángeles) y el propio Rolando Ramos del Valle.

-¿Ha tenido sinsabores?
En tiempos de Julio Lozano estábamos en Radio Comayagüela, nos sitiaron como tres veces. Una cosa terrible cuando la guerra con El Salvador, a Paco Morales y a mí nos llevaron presos, teníamos Gaceta Informativa en HRN y dimos una noticia de que altos oficiales de la Fuerza Aérea Hondureña andaban en Europa buscando armas, eso nos lo filtró un militar y le cayó mal al alto mando. El mayor Edmundo Galo Berríos que terminó muerto ahí por Miraflores, era jefe del G1, (G2) algo así y nos mandó  a apresar, pero Paco era muy amigo de Ricardo Zúñiga y nos sacó.

-¿Siempre trabajó en el radio periodismo?
En periodismo, radio periodismo y televisivo con Vicente Machado Valle en Tele Rápidas.

Portada de su libro “Gargantas de Oro”, cuyo valor es de 300 lempiras.
-Entre los periodistas de antaño y los de hoy, ¿qué los podría diferenciar?
Veo una diferencia enorme. Lo nuestro era de sacrificio, de andar con la libreta y el lápiz, algunos periodistas aprendimos taquigrafía, precisamente para podernos defender, posteriormente salieron las famosas grabadoras, a uno le exigían con aquellos periódicos grandotes 8 o 10 noticias y eran tamagases. Ahora las noticias son rápidas, a menos que sean reportajes.

Yo aprendí con Chente  (Machado)  porque Tele Rápidas, como su nombre lo indica eran de 2 a 3 líneas las noticias. Aprendí a resumir la información, antes trabajábamos por vocación.
- ¿Alguna vez fue sobornado?
A mí nadie me señala, desgraciadamente algunos elementos del gremio han caído en esa tragedia del soborno, la movida, eso no va conmigo.
-Antes no había asesinatos de comunicadores…

El gremio en ese entonces era reducido, no existía la televisión, consecuentemente, éramos cuatro o seis los radio periodistas más reconocidos, caminábamos sin ningún temor porque el ambiente no estaba saturado de corrupción, tráfico de drogas ni nada que pudiera empañar nuestra acrisolada profesión.

-¿Qué hace a los 77 años de edad?
Estoy jubilado con una pírrica pensión que nos da el IPP, es vergonzoso, a mí me dan 1,400 lempiras de pensión, entonces tengo que seguir trabajando. Hacemos un programa en Radio Comayagüela que tiene treinta y seis años, de 5:30 a 6:30 pm. Se llama Mensajero Informativo y ese es mi machete.

-Su estado de salud, ¿es bueno?
A ratos bien, a ratos mal, son los avatares de la vida, son efectos de mi ya fatigada existencia,  he perdido la vista en un 85 por ciento sin embargo, nada me amilana, ni me deprime, me siento feliz y realizado, sembré varios árboles, escribí tres libros y engendré 11  hijos,  ¿qué más puedo pedirle a la vida? Tengo 23 nietos y dos biznietas.
-¿Recibió algún apoyo del gobierno para la edición de  su libro?
En absoluto, todavía estoy en deuda con un banco que me financió la obra.

-¿A qué organizaciones pertenece?
Colegio de Periodistas de Honduras, Asociación de Prensa Hondureña, Academia Hondureña de Geografía e Historia, Instituto Morazánico, Sociedad Literaria de Honduras, Comité pro monumentos a Juan Ramón Molina, Asociación Nacional de Escritores y otros de menor importancia.

-¿A qué atribuye su éxito?
A haber leído buenos libros,  los consejos oportunos de mi madre y la presencia en mi vida de muchas personas mayores de intelectualidad comprobada.


-¿Algún  sueño por cumplir?
Sí,  he vivido por más de cuatro décadas soñando en una Radio Veteranía, que no sería más que el refugio para los locutores hombres y mujeres que por su edad o por cualquier otra circunstancia, los alejan de las cabinas y los micrófonos.

Hasta formé  una fundación, con sobresalientes figuras del medio, entre ellos: Luis Armando Moncada Gross, Mario Vallejo Mejía, Ramiro Zúniga Soto, Mario Ernesto Martín Mendoza, René Pineda Mejía, León Paredes Lardizábal, Marcio Francisco Moya Banegas, Dagoberto Espinoza Murra y Elsa Ramírez, fundación que elaboró el borrador de los estatutos, y que se ha quedado en eso, a pesar de haber recibido ofertas de apoyo tanto del magnate de las comunicaciones norteamericanas, Dino Bloise, con sede en Miami, Florida, como de Yimber Gaviria, con asiento en Cali, Colombia; sin embargo, el proyecto se ha quedado en eso, en un sueño.

-¿Qué más ha soñado?
Como para soñar soy “perro”, he soñado también con fundar la primera fonoteca en Honduras, para recoger las voces de hombres y mujeres que de una u otra forma han sobresalido en el ambiente, político, intelectual, social, humanista, artístico, etc., pero igual, allí está el proyecto…dormido.

-No para de soñar…
He soñado con la fundación de la primera escuela radiofónica, a nivel superior, para este país, actividad que se puede perfectamente ejecutar con la Universidad Pedagógica Francisco Morazán, o con la propia Universidad Nacional Autónoma, empero, la idea ha sido lanzada infinidad de veces, a través de diferentes medios, y hasta el momento no ha encontrado eco.
-Mario Hernán Ramírez, ¿cómo se considera? 

“Locutor, escritor y actor”, hombre humilde y perseverante, una persona solidaria, gremialista, bondadosa, generosa y sobre todo honesto, y siempre consideré como mi maestro al licenciado Rodolfo Brevé Martínez, con quien mantuve una amistad entrañable hasta su muerte.

-¿Cuál sería un día normal?
A mis 70 y pico de años, un día normal para puede ser  un día sin contratiempos, sin enojos, lleno de sol y de concordia, he leído muchísimo, lamentablemente por mi situación física se circunscribe a dos diarios y de vez en cuando algún libro que cae en mis manos, con algo interesante. Me gusta permanecer en casa.

-Su  carrera le ha permitido viajar, ¿qué países ha recorrido?
De América del Sur, Argentina, Chile, Colombia y Panamá; he ido por todo Centroamérica; de Europa: Francia, Alemania, Italia y España, en Asia fui a Taiwán, Hawai y Filipinas. De Estados Unidos conocí Miami, Washington, New York, Carolina del Sur y Los Ángeles, California.

-Doña Elsa, ¿qué edad tenía cuando la conoció?
Elsa tenía 22 años, yo 46.

-¿Qué premios ha ganado en periodismo?
Todos los premios que usted se pueda imaginar, pero menos el de mi Colegio de Periodistas, el “Álvaro Contreras”.
LA PREGUNTA DEL “TOSTÓN”-A esta altura de la vida, a su esposa, ¿qué le podría preocupar?

La pírrica jubilación del Instituto de Previsión del Periodista, en la que por más de 20 años jamás hemos sido objeto de un mejoramiento económico anual, como todos los entes de seguridad social del país, que anualmente el actuario hace una revisión de acuerdo al alto costo de la vida.


Hace 3 años comencé a perder la vista en ambos ojos, pero uno está totalmente perdido el ojo izquierdo y el derecho con un 10 por ciento de visibilidad, tengo lo que llaman los médicos,  degeneración macular que es progresiva e irreversible.
Estoy a punto de conmemorar 60 años de labor ininterrumpida radiofónica en las diferentes cabinas y micrófonos del país, especialmente en HRN, Radio centro, Unión Radio y mi emblemática Radio Comayagüela, en la que de vuelta tengo 36 años de actividad sostenida con mi revista de variedades, cuya conducción también corre bajo la responsabilidad de mi esposa.

Para que mi amada mujer se preocupe más, como si lo anterior fuera poco, fui victima de un derrame cerebral hace aproximadamente 6 años, que me dejó semi parapléjico del lado izquierdo de mi cuerpo.
-Usted habla de la poca cantidad de su jubilación, ¿Cuánto cotiza mensualmente?
Solamente 30 lempiras.

INTERROGANTE DE “CHEMIS”
-Recuerda los nombres de sus mujeres, ¿y cuántos hijos con cada una?
Con Catalina Molina 4 hijos: Daysi Alejandrina, Mario Hernán, Ana Cristina y Juan Fernando. Olga Castro me dio una hija, Olga Antonieta.
Lourdes Bustillo un hijo, Francisco Alberto; con Olga Moncada  tuvimos a Luz Aída y con Elsa Ramírez, mi esposa para siempre, procreamos a Gabriela, Mario Fernando, Luis Carlos y José Francisco. 






Nieta de Juan Ramón Molina
dona fotografías a entidades culturales

Sociedad  16 marzo, 2011
Diario La Tribuna Tegucigalpa.-Una colección  de  fotografías del insigne poeta Juan Ramón Molina, fue enviada desde Washington, Estados Unidos de América, para cederlas a varias instituciones culturales del país.

fotografías del poeta hondureño Juan Ramón Molina que fueron donadas a instituciones culturales del país.
El  Comité Pro-Monumentos a Juan Ramón Molina, que encabeza el periodista Mario Hernán Ramírez, estuvo a cargo de la entrega de las diez instantáneas legadas  por la señora Gloria Cáceres Molina, nieta del célebre  hondureño.

Juan Ramón Molina, quien nació hace 136 años, (1875-2011), en Comayagüela, Honduras, es uno de los grandes exponentes del modernismo centroamericano y consagrado  por sus  obras de gran calidad literaria.
Al  evento realizado el 4 de marzo en la Biblioteca Nacional en Tegucigalpa, asistieron  representantes de las entidades que recibieron los retratos  del recordado escritor: Centro Básico Cultural Juan Ramón Molina de Tegucigalpa, Escuela Nacional de Música y la Biblioteca Nacional.

Mario Hernán Ramírez en su intervención expresó, “la licenciada Gloria Cáceres Molina, ilustre nieta  del poeta, obsequió las fotografías con el interés de mantener viva la imagen de su abuelo y como un tributo a la cultura del país.”

Durante la ceremonia, también, se juramentó a las señoras: Vilma Castillo y Elsa de Ramírez, como miembros del  Comité Pro-Monumentos a Juan Ramón Molina, que surgió en los años 70.

La comisión tiene como propósito  vigorizar la imagen del primer bardo hondureño,  que salió de Centroamérica para conocer otras culturas y  que lo consagra  como escritor  universal.




PERFIL BIOGRAFICO DE JUAN RAMON MOLINA,
 PRINCIPE DE LOS POETAS HONDUREÑOS.
(Versión Abreviada)


Marcial Cerrato Sandoval
Secretario Coordinador General
Comité Pro Monumentos a Juan Ramón Molina.






Nací en el fondo azul de las montañas hondureñas, /detesto las ciudades y mas me gusta un grupo de cabañas/ perdido en las remotas soledades” Así describe Juan Ramón Molina el lugar donde inició su corta vida terrenal y que en el mapa aparece como  la ciudad de Comayagüela, gemela e inseparable de Tegucigalpa, - como Buda y Pest- , formando ambas,  como Distrito Central,  la Capital de Honduras.

 

Su nacimiento fue un 17 de abril de 1875 en la Calle Real, también conocida como la Avenida de los Poetas, porque muy cerca nacieron otros escritores de talla continental entre ellos: Luis Andrés Zuñiga, Rafael Heliodoro Valle,  Rómulo y Valentín Durón, Guillermo Bustillo Reina y Alfonso A. Brito.

Sus padres fueron personas pobres; Federico Molina y   Juana Núñez campesina  procedente de Aguantequerique.
Sus primeros años transcurren sin preocupaciones y en actividades propias de un chico inteligente, vigoroso y lleno de grandes inquietudes que traduce en travesuras y juegos de valor y destreza; en montar a caballo -incluso mirando hacia la grupa- y pescar en los ríos cercanos.

Su carácter y espíritu independiente no le permiten convertirse en alumno aplicado,  y ello obliga a sus padres a  matricularlo en la escuela de un señor White (blanco) que Molina convierte en sus escritos en el terrible Mr. Black (negro) Este  personaje es descrito por Molina como de pocas carnes y muchos huesos y  más que un ser real lo asemeja a  un personaje de una novela de Carlos Dickens. La realidad es que Mr. Black era un representante del dogmatismo y escolástica imperante en la época, contra la cual se reveló Molina, pero al final, gracias a su inteligencia logró aprobar sus clases y finalizó la primaria, sin pena ni gloria.

____________________
* Así lo consagró su concuño ex presidente de la República, Dr. Vicente Mejía Colíndres en su apología durante su sepelio en el Cementerio General de Tegucigalpa en 1918.     
En 1889 viaja a Guatemala y después a Quetzaltenango, que ya había visitado el año anterior con su padre,  en  dicha ciudad ingresa en el Instituto Normal para Varones de Occidente, conocido como INVO, que había  fundado por Justo Rufino Barrios en 1872.

A Molina se le conoce como el  Poeta y lleva orgullosamente el apodo de “Morazán”, y con su compatriota, Antonio Cerrato Andino organizan clases de Oratoria y Declamación que tienen mucho éxito y le ayudan a cubrir sus necesidades básicas. Todos sus biógrafos coinciden en afirmar que Quetzaltenango fue la patria intelectual de Molina y durante estos años recibió el apoyo de directores y profesores, como Favio Guillén, sirviendo clases y viviendo en su compañía, como lo hizo también con el del Dr. José Antonio Aparicio, quien era maestro del Instituto. Empieza en ese período la carrera de Molina en el campo del periodismo, ya que además de escribir en periódicos estudiantiles -en los que usando seudónimos femeninos defiende posiciones del bello sexo- también lo hace en el periódico: El Bien Público, primero como redactor y después como Director.

Coronados sus estudios de bachiller en 1894, viaja a Guatemala con el propósito de continuar estudios de jurisprudencia y donde en 1896, se consagra ante la opinión pública y literaria de dicha ciudad al pronunciar un discurso conmemorativo de la muerte del estadista  Justo Rufino Barrios y publica varios de sus poemas escritos en Quetzaltenango, como El Águila y la Calavera del Loco.

Regresa a Honduras a finales de 1897 y el Presidente Policarpo Bonilla lo nombra Subsecretario de Fomento y Obras Públicas. Ese mismo año funda el semanario El Cronista. Al cargo al que renuncia por considerar que dicha posición no le permite la libertad necesaria para criticar las situaciones imperantes, incluso las del gobierno. Posteriormente  trabaja como Director del Diario de Honduras y después funda el periódico El Día.

En  1898 participa activamente en la campaña  a favor de la candidatura de Terencio Sierra, pero en el acto inaugural Molina expresa algunos conceptos y consejos para la conducción del futuro gobierno que disgustan a Sierra, quien ordena su expulsión del salón donde se celebra el evento y es el origen de la enemistad que culmina con su captura, encarcelamiento y castigos infamantes. Toma el camino del exilio a San Salvador y Guatemala.  Posteriormente lucha
 en la revolución que realiza Manuel Bonilla en 1903 y que lleva a este a la presidencia de la República.

Es electo Diputado por el Departamento de Colón y presenta varios e importantes proyectos de ley, pero su actividad es coartada por la mezquindad del medio y la envidia y antipatía que su natural orgullo genera en algunos de sus contemporáneos.

El presidente Bonilla y le da su apoyo y protección. Lo asciende a Teniente Coronel y lo nombrar subdirector de la Escuela Militar.

El año de 1906 marca un hito en la vida de Molina, ya que el Presidente Bonilla -por influencia de Froylán Turcios-, nombra a ambos secretarios de la Delegación Hondureña al III Congreso Panamericano de Río de Janeiro. En este magno cónclave convive con los grandes poetas de la época y renueva su amistad con Rubén Darío, quien lo presenta como el mejor poeta de Centroamérica y le recomienda y obtiene su nombramiento  como corresponsal para Centro América del gran diario La Nación, de Argentina.

Posteriormente viaja  a Europa en compañía de Froylán Turcios y Don Fausto Dávila, y en España se reúne con José Santos Chocano y Rubén Darío quedando ambos poetas impresionados por el talento de Molina

Posteriormente a este viaje Molina escribe varios de sus cuentos, sonetos y poemas más renombrados como “La niña de la Patata, Bahía de Río de Janeiro, Pernanbuco y Salutación a los Poetas Brasileiros.

Después de muchas vicisitudes y angustias producidas por la pérdida de su primera esposa Doña Dolores Hinestroza, a quien dedica su elegía inmortal “A una Muerta”; su gran sensibilidad de poeta entra en choque con el estrecho mundo social y cultural de su tiempo.

Al caer su protector el Presidente Manuel Bonilla vuelve al exilio político en San Salvador, donde trabaja en el Diario del Dr. Julián López Pineda y después en el Diario de El Salvador. Pero su precaria situación económica agravada por nuevos compromisos  -se había casado por poder con la joven hondureña, Otilia Matamoros- y por su inclinación al alcohol, lo hacen entrar en una gran depresión -el famoso spleen de su tiempo- que detienen su corazón en un bar del pequeño pueblo de Aculhuaca o San Sebastián, actualmente un municipio de San Salvador llamado Ciudad Delgado, el  domingo, 1 de Noviembre de 1908.

Aunque fue profético en la visión de su muerte, la patria y sus amigos no lo dejaron permanecer en una fosa olvidada, ya que en 1918 en medio de una gran demostración de duelo y respeto sus restos mortales fueron trasladados a Tegucigalpa y reposan en el cementerio general.
Gran parte de su obra fue recogida  y publicada en 1911  por su gran amigo Froylán Turcios, en un libro  titulado: “Tierras, Mares y Cielos”, nombre que de antemano Molina había escogido.

Para concluir esta breve reseña biográfica con el pensamiento del poeta y famoso crítico literario mexicano, Enrique Gonzales Martínez:

  “Y volviendo a Molina -Paulo minora canamus- ¿Que va a sobrevivir de este manojo de poemas escritos al correr de una existencia inquieta, poblada de vagabundeos sin rumbo, de artificiales estímulos, de luchas y fracasos? imposible adivinarlo de un poeta queda un libro, un poema, una estrofa, un verso quizás...Pero en la obra inconclusa y desigual del poeta hondureño hay realizaciones líricas que no han de morir mientras no muera nuestra poesía americana, poemas que han de salvarse del naufragio pavoroso del tiempo. Y ha de sonar por muchos años aquel grito sensual de ansia insatisfecha:

“Péscame una sirena, pescador sin fortuna...”

__________________________________
** Comité especial de la Asociación de Prensa Hondureña (APH) cuyos trabajos incluyen los monumentos a Molina en Comayagüela, Quetzaltenango y San Salvador. La publicación de la obra: Juan Ramón Molina: su obra y su vida. Una actividad promocional conjunta con  el Parlamento Centroamericano que lo declaró un “Símbolo de la intelectualidad centroamericana”.  Este año en estrecha colaboración con la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, conmemoramos el primer centenario de su muerte, que contempla diversos proyectos y actividades incluido otro monumento a su memoria en el campus universitario.



La Organización Mundial de los Poetas, Escritores y Artistas rendirá un homenaje al príncipe de la poesía hondureña

MIL POEMAS A JUAN RAMÓN MOLINA
-ANTOLOGÍA-


IMPORTANTES POETAS DEL MUNDO FORMARAN PARTE DE ESTA MARAVILLOSA ANTOLOGÍA PARA RENDIR HOMENAJE AL INOLVIDABLE POETA JUAN RAMÓN MOLINA

_______________________________


Miguel Ángel Asturias dijo que Juan Ramón molina era el poeta gemelo de Rubén Darío el poeta nicaragüense


Miguel Ángel Asturias 






Juan Ramón Molina                Rubén Darío



























































JUAN RAMÓN MOLINA SU VIDA Y SU OBRA









































































































































No hay comentarios:

Publicar un comentario